Ramón Giraldo Arquellada, natural de Villanueva de los Infantes, donde nació el 28 de abril de 1767, tuvo una vida apasionante, agitada y azarosa. Sacrificó su salud, su familia y su patrimonio en defensa de los principios liberales, siendo víctima del despotismo, la injusticia y la intriga.
Fue político y jurista, Diputado y Presidente de las Cortes en varias ocasiones, Regente de la Audiencia de Valladolid, Fiscal del Consejo de Navarra, Consejero del Rey, Oidor de la Real Audiencia de Valencia, miembro del Tribunal de Cuentas, Subdelegado de Fomento en la provincia de Albacete y Magistrado y Presidente del Tribunal Supremo de Justicia.