El pasado 21 de mayo, el Diario Oficial de Castilla-La Mancha publicaba el inicio del expediente para declarar Bien de Interés Cultural la Seguidilla Manchega, con la categoría de Bien Inmaterial.
Con este motivo, nos ha parecido interesante hacer una reseña del libro “Las Seguidillas de Membrilla, análisis descriptivo y axiológico” de Arantxa Carmona Sánchez
[1], publicado por la Federación Castellano-Manchega de Asociaciones de Folclrore en el año 2009.
Entre otros argumentos expone la resolución:
“La Seguidilla Manchega es reconocida y compartida por nuestra comunidad como parte integrante y representativa de nuestro patrimonio cultural, forma parte de nuestra memoria colectiva y es experimentada como una vivencia que refuerza los lazos identitarios, con sus habilidades, significados y símbolos compartidos, que infunden un sentimiento de pertenencia respecto a nuestra cultura tradicional.
La Seguidilla Manchega, música, canción y baile popular de ritmo vivo y alegre es una creación genuina de La Mancha y, aunque no hay documentación fidedigna de su primitiva estructura musical, se conservan las letras en las que se vislumbra la índole del ritmo. Éste es ternario (tres tiempos, uno fuerte y dos débiles) y movimiento animado, con acompañamiento de guitarras, bandurrias y laúdes, aunque también instrumentos de percusión como el almirez, panderos, panderetas, botella de anís con llave... Dentro de la región manchega el baile de las seguidillas tiene diferentes variantes pero su ritmo siempre es rápido, de mucha viveza.”
Se refiere así Carmona a las seguidillas de la Membrilla: