Tu voz resonará para siempre
Con estas palabras despedían esta mañana los grupos de teatro aficionado a José María Arcos, fallecido el pasado sábado en un cruel y desgraciado accidente de tráfico.
Los medios de comunicación han destacado de él sus facetas como concejal en el ayuntamiento de Tomelloso, Diputado Provincial, Delegado de trabajo, empleo y turismo, profesor de la universidad y su vinculación con el mundo de la cultura, el teatro y la poesía.
Con estas letras, simplemente quiero decir, que he tenido la fortuna de trabajar estrechamente en los últimos años con José María Arcos en el jurado de la Muestra de Teatro de la Diputación que con tanto mimo organizaba. Desde aquí, destaco el gran respeto y admiración que sentía por todas las personas y grupos que dedican parte de su vida al mundo del teatro.
He disfrutado de sus recitales, en solitario, con actores de la tierra o con otros más conocidos, como Emilio Gutiérrez Caba, Manuel Galiana, Concha Cuetos o Paco Valladares. Uno de ellos precisamente en Membrilla en abril de 2008, junto a Emilio Gutiérrez Caba y la Asociación Musical Maestro Emilio cano que nos pusieron los pelos de punta.
Le agradezco especialmente que quisiera acompañarnos el pasado 23 de mayo en Membrilla, en la presentación del libro de la BAM y narrarnos magistralmente con su inolvidable voz, algunos pasajes.
Además, compartíamos afición por el tenis, por el Madrid, por el PSOE y también por los bocadillos de calamares que comíamos antes o después de las obras de teatro.
Termino con un fragmento de “Oda a la vida” de Pablo Neruda que seguramente recitó alguna vez.
Oh vida, copa clara,
de pronto
te llenas
de agua sucia,
de vino muerto,
de agonía, de pérdidas,
de sobrecogedoras telarañas,
y muchos creen
que ese color de infierno
guardarás para siempre.
