Su estructura sirvió de nexo de unión entre el casco antiguo y el primer ensanche que tiene como centro la Plaza de Santa Catalina.
Albergó edificios importantes como la Casa de la Encomienda, el Convento de los Trinitarios, el Casino Manchego Liberal o el mercado.
Hoy, a su alrededor se distribuyen importantes edificaciones representativas de la arquitectura civil, como la Torre del Reloj, la Sociedad Benéfica La Protectora y el monumento a Lope de Vega.
Como todas las plazas, ha sido lugar de celebraciones y encuentros.
Se llama Plaza del Azafranal desde el 30 de abril de 1985. Antes Plazuela de los Trinitarios o Plazuela del Convento como se la conocía en el siglo XVII y en 1885. Se situaba en ella el convento de los Trinitarios, la casa de la Encomienda y una posada por lo que no tenía vecinos que tuvieran puerta a esta plazuela. También recibió el nombre de Plaza de Castelar. Después de la Guerra Civil se llamó Generalísimo Franco.