La Voz 26 de febrero de 1936 |
Maestra, abogada y política. Primera mujer en ocupar el puesto de Gobernadora civil, concretamente en la provincia de Ciudad Real entre el 13 de julio de 1937 y el 28 de marzo de 1938.
Nació en Villafranca, (Navarra) el 10 de agosto de 1903 y falleció en México el 19 de mayo de 1948.
Perteneció, en un primer momento al Partido Radical Socialista y luego al Partido Socialista Obrero Español y a la Unión General de Trabajadores, destacando como una activa militante en ambas. Fue presidenta de la Agrupación Socialista de Villafranca y secretaria del Centro Republicano Socialista de dicha localidad (1931-32), activa feminista, participante en la campaña de información y divulgación del socialismo junto a otros dirigentes navarros en 12 de las 23 localidades riberas seleccionadas, vicepresidenta de la Agrupación en 1932, miembro de la Asamblea Provincial de Trabajadores de la Enseñanza de Navarra, y colaboradora del semanario Trabajadores, órgano de la Unión General de Trabajadores de Navarra . Allí hizo sus primeras armas en el tradicional feudo de la derecha regido por Domínguez Arévalo, conde de Rodezno.
En las elecciones a Cortes de 1933 se presentó por Navarra y por Guipúzcoa, por el Partido Socialista Obrero Español. Fue una destacada participante en la organización Mujeres contra la Guerra y el Fascismo -más tarde, en la guerra civil, Agrupación de Mujeres Antifascistas- que, a partir de 1933, fue surgiendo en varias provincias de España. Compatibilizaba todas estas tareas con las de la asesoría jurídica de la Federación de Unión General de Trabajadores, defendiendo a numerosos socialistas navarros, hasta su traslado a Madrid, en 1934, como Directora del Grupo Escolar "Rosario de Acuña", en Aluche.
Se casó con el diputado Amancio Muñoz de Zafra a finales de 1935. En febrero de 1936 fue elegida diputada por Madrid con 98.099 votos. En las Cortes al coincidir con su marido, diputado por Murcia eran denominados como los Reyes Católicos por sentarse juntos y discurrir agarrados de la mano por los pasillos, como relató Manuel Azaña en sus memorias. Julia Álvarez participó, entre otros junto a Dolores Ibárruri, en la celebración de la victoria del Frente Popular en un mitin el 8 de marzo de 1936 en la plaza de las Ventas de Madrid.
Iniciada la Guerra Civil su marido fue al frente, mientras que su tío Juan Resano, propietario de una tienda de ultramarinos en Villafranca, fue humillado obligándosele a insultar a su sobrina y finalmente fusilado en este mismo año, siendo una de las Víctimas de la Guerra Civil en Navarra.
Su valía en el mundo político y sindical y su lucha a favor de la igualdad de derechos de la mujer, hicieron que su partido la incluyese, otra vez, en las listas del Frente Popular en 1936, esta vez por la provincia de Madrid, resultando por fin elegida. En los meses previos al conflicto se halla inmersa en la actividad política, formando parte de varios Comités dedicados a frenar el fascismo a escala internacional.
La guerra supone para Julia Álvarez, un revulsivo en su diaria actuación, acentuando, más aún, su labor y su militancia. Organiza en el Partido Socialista Obrero Español una secretaría de mujeres, sin perjuicio de su trabajo en la Agrupación de Mujeres Antifascistas. El 3 de septiembre de 1936 es nombrada inspectora interina de primera enseñanza, en la provincia de Madrid.
Pero su actuación más importante durante la guerra, fue el desempeño del Gobierno Civil de Ciudad Real por nombramiento del 13 de julio de 1937, primera mujer titular de un gobierno civil en España desde 1833 a 1982.
En sus circulares del Boletín Oficial de la Provincia, se revela su carácter, enérgico y resolutivo, propio, efectivamente, de las circunstancias y la situación de la provincia. Sus enfrentamientos con la Federación Provincial dieron lugar a que nuestra gobernadora, presentase su dimisión, que le fue aceptada.
Tras su estancia en Ciudad Real, pasa a ocupar los puestos de juez interino de 1ª instancia e instrucción en Alberique (Valencia), y del 3 de agosto de 1938 al 3 de septiembre de 1938, es magistrada interina del Tribunal Central de Espionaje y Alta Traición, tarea que interrumpirá durante los meses de septiembre y octubre de 1938, a causa de la grave enfermedad de su esposo, al que acompañó hasta su fallecimiento, en el sanatorio de Nuria (Gerona) el 4 de octubre de 1938. Sustituye el l de octubre de 1938 a éste, Amancio Muñoz Zafra, diputado socialista por Murcia, abogado, ex alcalde de Cartagena, enfermo de gravedad, en la Diputación Permanente.
El exilio le supuso un nuevo aliciente, redoblando su afán combativo, en defensa de sus valores. Primero en el apoyo a los refugiados, en Francia, en la organización de evacuaciones a América, en labores de tipo guerrillero en territorio francés, culminando con su participación en la Junta de Unión Nacional Española (UNE) donde coincidió con su paisano comunista Jesús Monzón. En el período 1944-46, dentro de las fracciones exiliadas del Partido Socialista Obrero Español, y frente a la postura mayoritaria contraria a la UNE, Álvarez trabaja en el grupo exiliado de Ramón Lamoneda, dirigente socialista en México, dirigiendo una versión de El Socialista, editada en Toulouse, de octubre de 1944 a julio de 1945 y formando parte de la Secretaria de la UNE en la organización de la conferencia celebrada en Toulouse del 2 al 5 de noviembre de 1944. Ya con anterioridad, a ella y a otro grupo de socialistas, les había sido prohibida la entrada en el Congreso de Toulouse (24-25 de septiembre de 1944). A fines de 1944, se constituye una Comisión Ejecutiva para Francia del grupo de Lamoneda, bajo la presidencia de Enrique de Santiago y en la que Julia ocupa la Secretaría General abandonando la UNE, en el verano de 1945.
Los problemas económicos en Francia la empujaron a reunirse en México con unos parientes, falleciendo allí, a los 44 años.
Fuentes:
Enciclopedia digital ilustrada del País Vasco
Fundación Pablo Iglesias
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