Acuarela

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martes, 28 de agosto de 2012

Las plagas de langosta y la agricultura de Membrilla a finales del S. XIX

Las langostas fueron la octava plaga bíblica sobre Egipto[1]. El viento trajo un enjambre de langostas. La nube cubrió el cielo, arrojó sombras sobre Egipto, y consumió lo que quedaba de los cultivos, acabando con todos los árboles y las plantas.

Sin llegar a las dimensiones trágicas descritas en el Antiguo Testamento, las sucesivas plagas de langosta fueron el mayor de los azotes sufridos por el campo español hasta bien entrado el S. XX. Arrasaban los cultivos provocando hambrunas, miseria y desolación.

Las plagas de langosta se calificaron como calamidad pública por una real orden de febrero de 1860. Sobre estas plagas escribieron en la España del siglo XIX dos autores vinculados a nuestra provincia, Agustín Salido y Francisco Rivas Moreno. Pedro Almarcha Jiménez tiene documentados y publicados trabajos sobre plagas de langosta en Membrilla desde la Edad Moderna a finales del S. XIX[2]. A los datos aportados por él, añadimos estos otros, de finales del siglo XIX según relataron los periódicos de la época, que ofrecen además informaciones muy interesantes sobre el estado agrícola del momento y el aumento de las plantaciones de viña:


1878:
“En la provincia de Ciudad Real se ha desarrollado la plaga de langosta que amenaza destruir la hermosa cosecha que se presenta, después que van cinco años en que los labradores las perdieron por el mismo motivo. En los términos municipales de Valdepeñas, Bolaños, Almagro, Manzanares, Membrilla, La Solana y San Carlos del Valle, se presenta de manera alarmante”[3].

“La provincia de Ciudad Real que tan castigada ha sido por la langosta en la cosecha de cereales, está sufriendo también los estragos de esta terrible plaga en los olivos, viñas y legumbres. En la zona de Valdepeñas, San Carlos, Solana, Membrilla, Manzanares, Almagro y algunos otros inmediatos, ha caído a vuelo una nube de langosta de tal consideración, que además de causar gravísimos daños a las viñas y olivos, que los dejarán improductivos por algunos años, quedará infestado todo aquel extenso territorio para el año inmediato, de tal manera, que si no se adoptan medidas extraordinarias y enérgicas tomará proporciones incalculables y ni aún sembrar se atreverán aquellos arruinados labradores. Son muy graves y aflictivas las noticias que se dan acerca de esta calamidad
[4]”.
1880:
En septiembre de 1880 los campos de Tomelloso, Manzanares y Membrilla sufrieron tempestades y pedriscos que castigaron duramente a los viñedos[5].

1882:
“Se nos ruega que llamemos la atención de los señores Ministro de la Gobernación y Director de Agricultura, sobre la triste situación de la provincia de Ciudad Real infestada por la terrible plaga de langosta, que después de haber arrasado en estado de mosquito los términos de Moral, Valdepeñas, Almagro, Infantes y otros, ha levantado vuelo y continúa devorando por completo las viñas, olivos, huertos y sembrados, extendiéndose por los términos de Membrilla, Manzanares y Solana, donde los daños son de gran consideración y amenazan aumentarse cada día teniendo en cuenta que aún le queda a la langosta un mes de vida”[6].
“La situación de los campos de Ciudad Real, notablemente mejorada en el transcurso de octubre, ha permitido realizar una buena cosecha de uva a los viticultores de Tomelloso y Membrilla principalmente. No es sin embargo la cosecha tan grande que merezca ser calificada de excepcional”[7].
1883:
“En los términos de Manzanares y Membrilla invadidos por la plaga, los sembrados están casi completamente destruidos a pesar de que trabajan más de doscientas personas para atacar el daño”[8].
1884:
“En Membrilla la junta de extinción de aquel insecto ha hecho dimisión de su cargo en vista de la precaria situación porque atraviesan aquellos vecinos, quienes no pueden hacer efectivo el reparto del presente año, viéndose obligados muchos de ellos a abandonar la labor y vender yuntas y aperos de labranza. El comisionado del gobierno en aquella villa no encuentra personas que puedan y quieran constituir la junta en vista de tan aflictivo estado, dando cuenta de ello al gobierno”[9].
1885:
“La langosta en Ciudad Real…… El aspecto con que se presenta este año es terrible. El mosquito se está desarrollando en proporciones aterradoras en la mayoría de pueblos de la provincia… Herencia, Daimiel, Villarta, Manzanares, Membrilla, Valdepeñas…..[10]”.
1899:
“Desde La Membrilla. Los trigos siguen en alza, pagándose hoy a 57 reales fanega y a 20 la cebada. Los campos están muy buenos, si bien las siembras empiezan a resentirse de la falta de lluvias. La ganadería presenta excelente aspecto y las crías lo mismo; pero como los pastos cada día están más caros, si las carnes y la lana no suben de precio, resultarán fallidas las esperanzas de los ganaderos. Otra de las dificultades con que tropieza la ganadería de esta comarca, es la estrechez en que van quedando los terrenos de pastos para primavera y verano por las enormes plantaciones que se vienen haciendo de viñedo”[11].

“El considerable incremento que la langosta ha adquirido este año en la provincia de Ciudad Real es causa de sobresaltos y zozobras para el agricultor, que considera en inminente peligro sus cosechas, ya bastante mermadas con las heladas tardías y la falta de lluvias durante el pasado mes de abril. Nadie esperaba que la plaga revistiese tales caracteres de gravedad, pues si bien no ha dejado de aparecer en primaveras anteriores, lo ha hecho en muy reducidas proporciones, pudiendo asegurarse que apenas ha causado daños en los cultivos, limitándose a vivir y desarrollarse en los terrenos incultos en que naciera, en los cuales verificaba después de la aovación”
[12].
[1] Infligidas por el Dios de los Hebreos para que los dejara de partir de Egipto.
[2] ALMARCHA JIMÉNEZ, Pedro, “Plagas de langosta en Membrilla. Desde la Edad Moderna al S. XIX”, en Marmaria I, Ayuntamiento de Membrilla y Diputación de Ciudad Real 2004.
[3] El Siglo Futuro, 24 de abril de 1878, página 3.
[4] La Época, 8 de julio de 1878
[5] La Época, 19 de septiembre de 1880.
[6] La Época, 1 de agosto de 1882, página 3.
[7] El Imparcial, 4 de noviembre de 1882.
[8] La Época, 3, de mayo de 1883, página 2.
[9] El Siglo Futuro, 13 de septiembre de 1884, página 3.
[10] El País, 23 de mayo de 1885, página 1.
[11] El Progreso Agrícola y Pecuario, 7 de febrero de 1899, página 10.
[12] El Progreso Agrícola y Pecuario, 23 de mayo de 1899, página 4.

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