Acuarela
viernes, 18 de enero de 2013
Las fiestas del ciclo invernal en Membrilla y en La Mancha. San Sebastián
Las fiestas en honor a San Sebastián en la provincia de Ciudad Real, tienen hoy menos relevancia que las dedicadas a San Antón.
Es posible que la construcción de ermitas en honor a San Sebastián y su advocación se iniciaran en La Mancha a raíz de las epidemias de peste que golpearon con especial fuerza nuestras tierras en los años 1349, 1376 y la última década del siglo XIV, siendo la primera de ellas la más devastadora causando una hecatombe demográfica. Durante esos años, en la mayoría de las poblaciones no faltaba un edificio religioso o un voto a San Sebastián, teniendo en cuenta que era considerado como el Santo protector contra la terrible enfermedad[1].
San Sebastián es un santo venerado por la Iglesia Católica y Ortodoxa. Fue soldado del ejército romano y del emperador Diocleciano, quien, desconociendo que era cristiano, llegó a nombrarlo jefe de la primera cohorte de la guardia pretoriana imperial.
Nació en Narbona (Francia) en el año 256, pero se educó en Milán. Cumplía con la disciplina militar, pero no participaba en los sacrificios paganos por considerarlos idolatría. Como cristiano, ejercitaba el apostolado entre sus compañeros, visitando y alentando a otros cristianos encarcelados por causa de su religión. Acabó por ser descubierto y denunciado al emperador Maximiano (amigo de Diocleciano), quien lo obligó a escoger entre poder ser soldado o seguir a Jesucristo.
El santo escogió seguir a Cristo. Decepcionado, el emperador le amenazó de muerte, pero Sebastián se mantuvo firme en su fe. Enfurecido, le condenó a morir asaeteado. Los soldados del emperador lo llevaron al estadio, lo desnudaron, lo ataron a un poste, y lanzaron sobre él una lluvia de saetas, dándolo por muerto. Sin embargo, sus amigos se acercaron y, al verlo todavía con vida, lo llevaron a casa de una noble cristiana romana llamada Irene (esposa de Cástulo), que lo mantuvo escondido y le curó las heridas hasta que quedó restablecido.
Sus amigos le aconsejaron que se ausentara de Roma, pero Sebastián se negó rotundamente. Se presentó ante el emperador, quien, desconcertado, lo daba por muerto, y le reprochó enérgicamente su conducta por perseguir a los cristianos. Maximiano mandó que lo azotaran hasta morir, y los soldados cumplieron esta vez sin errores la misión, tirando su cuerpo en un lodazal. Los cristianos lo recogieron y lo enterraron en la Vía Apia, en la célebre catacumba que lleva el nombre de San Sebastián. Murió en el año 288.
El culto a San Sebastián es muy antiguo y está muy extendido; es invocado contra la peste y contra los enemigos de la religión, y además es llamado "el Apolo cristiano" ya que es uno de los santos más reproducidos por el arte en general.
Al ser un santo soldado, en algunas localidades de nuestra región son los quintos o los mozos que se encuentran haciendo el servicio militar, los que ocupan un lugar destacado en los actos, como en San Pablo de los Montes o Madridejos[2].
La ermita de San Sebastián de Membrilla era una de las más antiguas de la villa, posiblemente construida con motivo de las epidemias de peste del S. XIV.
A finales del S. XV existía una cofradía de San Sebastián en Membrilla[3]. Como era una ermita antigua, el edificio se encontraba en un estado deplorable, por lo que los cofrades que la tenían a su cargo, decidieron hacerla de nuevo. En 1498 “esta començada a hazer de su tapieria e su capilla de cal y canto, e no esta cubierta”. La cofradía que se encargaba de su cuidado, tenía un cabildo para la toma de decisiones, y el prioste era el responsable de su gestión. En esos momentos, ocupaba el cargo Juan Matías Prieto, el cual declaró que tenía un alcance de 239 maravedíes, 4 fanegas y 8 celemines de trigo, además de 2 fanegas y 2 celemines y medio de cebada, que entregó a su sucesor en el cargo, Bartolomé Sánchez. Como estos bienes eran claramente insuficientes para rematar la otra, los visitadores le “mandaron fazer e cobryr la dicha hermita lo mas pronto que pudiese”[4].
En 1509, las obras estaban muy avanzadas, habiéndose construido una capilla de tapiería, con sus flancos de cal y canto, estando cubierta de yesería. El cuerpo de la iglesia se hizo de ladrillo, con una altura de cuatro tapias en alto. Tenía una puerta bien labrada de cantería, y en la capilla se había colocado un tabernáculo de madera, en cuyo interior estaba alojada la imagen de San Sebastián de bulto.
En 1550, el mayordomo era Jerónimo Canuto, que declaró unos ingresos de 498 maravedíes, mientras que el gasto fue más alto, ascendiendo a 984 maravedíes, que se utilizaron en decir algunas misas y oficios, y en comprar cera. En esta visita aparece un dato muy curioso al mandar los visitadores al mayordomo que las “ymagenes de pincel que estan pintadas por las paredes de la dicha hermita las haga enlucir”, porque no provocan la devoción de los fieles. Este mandato nos informa de que la ermita tenía imágenes pintadas en su interior, al igual que sucedía en numerosas ermitas de nuestro entorno, como es el caso de San Sebastián de La Solana ó de Nuestra Señora de Luciana en Terrinches. En estos últimos edificios sabemos de las pinturas porque han aparecido al realizar en ellos alguna restauración, hecho que no sucede en Membrilla porque la citada ermita no existe, y por lo tanto no se puede comprobar. Sin embargo, es curioso que en este último caso se hable de ellas en la visita, hecho que no sucede, ni en la ermita de San Sebastián de La Solana, ni en Nuestra Señora de Luciana. Este dato se debe considerar importantísimo por dos razones, primera: porque viene a confirmar que la mayoría de las ermitas en esa época presentaban pinturas en su interior, decorando las paredes y ejerciendo a la vez como una especie de catequesis en el fiel, el cual, a través de estas imágenes podía establecer un contacto más directo con los santos y santas representados. Y la segunda, porque gracias al mandato de los visitadores y su posterior justificación sabemos por qué la mayoría de estas pinturas se cubrieron, no sabiendo de su existencia en gran parte de los casos.
La mañana del 20 de enero, Alcázar de San Juan se despierta con el lanzamiento de multitud de cohetes y la procesión de caballos, después se salta a la comba en la Plaza del Arenal cercana a la Ermita de San Sebastián. Al caer la tarde los vecinos se reúnen en torno a una gran hoguera en la Ermita del Santo.
En Fernancaballero se celebran con gran intensidad las fiestas en honor a San Sebastián con funciones religiosas, procesiones, bailes populares, concursos de migas. Se elaboran y se comen las caridades del santo. Los actos finalizan con fuegos artificiales.
San Sebastián es el patrón de Fuencaliente. Hacen bailes y comen “pan bendito”.
Guadalmez celebra también San Sebastián, patrón de su parroquia.
La Ermita de San Sebastián de Santa Cruz de Mudela, sabemos que existía en el año 1474, pues Juan Mancebo en su testamento lega una lámpara. Es de una sola nave, no hay más altar que el de San Sebastián, y contigua a ella estaba edificado el cementerio, que se construyó en 1803.
El 20 de enero por la tarde se dice una misa en la ermita, asistiendo las autoridades, pues desde siempre se hacia por encargo y voto de la villa. El ayuntamiento, ayudado por los vecinos, prepara platos típicos que degustan los asistentes después de la misa (tiznao, migas, rosquillos, tortas, chocolate, etc)[5].
En La Solana, la víspera de la fiesta se realiza una hoguera que reúne a los vecinos del barrio. El día 20 de enero el Santo recorre el barrio en procesión.
La ermita de San Sebastián de La Solana, está ubicada en el barrio de El Santo y es el templo más antiguo de la localidad. Los datos sobre la fecha de su construcción, declarada Monumento Histórico Artístico Nacional en 1982, son confusos. Algunas fuentes la ubican en el siglo XIV y otras en el XV. Su apariencia es gótica temprano. Hay que reparar en su techumbre mudéjar, jalonada con artesanía de taracea policromada, incrustaciones de nácar y, en la capilla del lado de la epístola, fondo de la madera de ébano. Durante una reciente restauración, fueron encontrados unos frescos de los que hoy apenas pueden distinguirse sus figuras a excepción de unas inscripciones góticas.
Las fiestas patronales de Valdemanco del Esteras son el 20 de enero (San Sebastián). En este día se rinde culto al patrón del municipio. Se conmemora el día con actos religiosos, como misa y procesión en honor del santo, y posteriormente baile. Lo típico de este día es lo que los lugareños denominan "La leche del Santo", tradición que consiste en gastar una broma a los forasteros que visitan el pueblo, generalmente consistente en amargar comidas y bebidas, para dejar un mal sabor de boca a las personas objeto de la broma[6].
En Villanueva de los Infantes, también se celebra San Sebastián aunque en menor medida que en otras épocas en las que se hacían hogueras, baile de ánimas y un rosario de la aurora.
Referencias a San Sebastián en el refranero popular castellano:
“De los Santos frioleros, San Sebastián el primero; detente varón,
que el primero es San Antón”.
“San Antón mete las mozas en un rincón y San Sebastián las saca a pasear”.
“Por San Antón, cuelga tu perdigón, y si no quiere cantar, cuélgalo por San Sebastián”.
“San Sebastián, mocito y galán, saca las niñas a pasear”.
“Por San Sebastián calabazas al corral”.
“El veinte de Enero San Sebastían en cueros y entra el aire por los agujeros”.
“Por San Sebastián conoce los días el gañan y antes, para los Reyes los bueyes”.
[1] MOYA GARCÍA, Concepción, “Espacios civiles y religiosos de Membrilla….”, Ayuntamiento de Membrilla 2011, páginas 78-81
[2] GONZÁLEZ CASARRUBIOS, Consolación (coord.), “Las Fiestas Populares de Castilla-La Mancha”, JCCM, 2004. página 152
[3] MOYA GARCÍA, Concepción, “Espacios civiles y religiosos de Membrilla….”, Ayuntamiento de Membrilla 2011, páginas 78-81
[4] AHN. Sección Órdenes Militares. Santiago. Libro 1067C. Visita de 1494, pág. 656; libro 1068C. Visita de 1498, pp. 408 y 409.
[5] www.santacruzdemudela.org
[6] www.ciudad-real.es
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