Finalizadas las celebraciones de la Navidad y los Reyes Magos, en numerosos pueblos de nuestra provincia se inician las festividades del ciclo invernal en torno a los llamados “Santos Viejos”.
La primera de ellas es la de San Antón el 17 de enero. San Antonio o Antón Abad, fue un monje cristiano que vivió en Egipto entre los años 251 y 356. Se sabe que abandonó sus bienes para llevar una existencia de ermitaño. A San Antonio Abad[1] se le representa vestido de monje, con un bastón, una campanilla, que según la tradición la utilizaba para ahuyentar al demonio, y acompañado por un cerdo. La advocación de San Antón fue muy popular durante la Edad Media y la Moderna, por ser considerado como el Santo protector de los animales. Su culto se popularizó en Oriente, trasladándose a Francia en el siglo XI junto con sus restos, extendiéndose rápidamente por todo el mundo occidental gracias a su fama por curar el ergotismo, una especie de gangrena acompañada de un calor abrasador, denominada “fuego de San Antón” causada por la ingesta de alimentos contaminados por una toxina, el cornezuelo, presente en el centeno y en menor medida en la avena, el trigo y la cebada.
En las fiestas de San Antón tienen mucha presencia los rituales vinculados a la regeneración de la vida materializados en el fuego y más concretamente en las hogueras. En algunos casos, la comida se convierte también en un elemento sagrado mediante su bendición.
La presencia del fuego, en sus diferentes formas, hogueras, antorchas, velas o fuegos artificiales, está muy ligada a todas las fiestas desde tiempos anteriores al cristianismo, como elemento protector, regenerador o purificador de personas, animales o cosechas. Además, en algunas celebraciones, a la ceniza resultante de las hogueras se le atribuyen propiedades fecundantes[2].
Son numerosas las poblaciones de nuestra provincia que celebran la festividad de San Antón, organizadas por hermandades y cofradías que llevan el nombre del Santo desde hace varios siglos. En muchas de ellas se conservan todavía las ermitas bajo su advocación. También el refranero popular castellano está lleno de referencias a San Antón
Membrilla contó, al menos desde el S. XV con una ermita dedicada a San Antón, cerca del lugar donde hoy se encuentra el pozo del mismo nombre.
Concepción Moya nos describe las características de la ermita en aquella época apoyándose en los libros de visitas de la Orden de Santiago:
La ermita de San Antón, estaba situada cerca de la villa y era “mediana de buena proporcion”. A sus pies se encontraba un humilladero, en el cual había una cruz de palo, con su verja de “red y de madera de pino alderredor”. Tenía un altar con sus manteles, y por frontal una sarga. Su armadura era de pares de madera de pino, con su ripia[3].
La ermita contaba en 1494 con 3.500 maravedíes y medio, tres libras de cera y una fanega de trigo, ordenando los visitadores a su mayordomo que gastase todas sus ganancias en “unas obras que tienen principiadas”[4].
A finales del siglo XV, el edificio se encontraba en tan mal estado, que los visitadores encargaron al Concejo que tomara cuenta al mayordomo que estaba a cargo de la ermita, y que el dinero que hubiera recibido lo gastara en las reparaciones que fueran más precisas[5].
En 1535 en la zona del altar había pintada una imagen de San Antón “de pincel” y al parecer ésta era la única representación que había del Santo, pues en ningún momento se indica que hubiese alguna de bulto. Ello, puede que fuese debido a la pobreza de la ermita, no permitiendo su economía la compra de una imagen.
La ermita contaba en 1494 con 3.500 maravedíes y medio, tres libras de cera y una fanega de trigo, ordenando los visitadores a su mayordomo que gastase todas sus ganancias en “unas obras que tienen principiadas”[4].
A finales del siglo XV, el edificio se encontraba en tan mal estado, que los visitadores encargaron al Concejo que tomara cuenta al mayordomo que estaba a cargo de la ermita, y que el dinero que hubiera recibido lo gastara en las reparaciones que fueran más precisas[5].
En 1535 en la zona del altar había pintada una imagen de San Antón “de pincel” y al parecer ésta era la única representación que había del Santo, pues en ningún momento se indica que hubiese alguna de bulto. Ello, puede que fuese debido a la pobreza de la ermita, no permitiendo su economía la compra de una imagen.
A mediados del siglo XVIII todavía se habla de la ermita de San Antonio. Existía una congregación denominada de San Blas y San Antonio Abad para la celebración de estas fiestas. En la víspera se hacían luminarias[6].
Posteriormente, se engalanaban las caballerías con estrellas de papel, espejos redondos con lazos de colores en las colas y otros adornos, concediéndose premios a las mejores. Con estas caballerías se daban tres vueltas a la iglesia, en torno a la imagen del Santo, traída de la ermita para la ocasión[7].
Las celebraciones debieron ser de gran magnitud y desenfreno en los años 20 del pasado siglo, hasta el punto que el ayuntamiento debía dictar bandos que colocaba en puertas y esquinas prohibiendo, bajo fuertes multas, que los carros y caballerías corrieran por las calles y así evitar desgracias y atropellos en la tradicional vuelta al santo[8].
Hoy en día, se sigue celebrando esta festividad, aunque los animales asociados a las faenas agrícolas, han dado paso a todo tipo de animales de compañía. Las tres vueltas en torno al Santo se siguen dando, aunque haya cambiado la ubicación. Se celebra el fin de semana posterior a la festividad del Santo, el 17 de enero. El sábado se hace una hoguera y se invita a todo el que pase por allí a zurra y refresco y aperitivos típicos de la zona.
El domingo tras la celebración de la eucaristía se realiza la procesión con el Santo, banda de música y vecinos/as de Membrilla con sus animales. Todos los hermanos son agasajados tras la procesión.
En Abenójar es de especial significancia la candelaria de San Antón la noche del 16 al 17 de enero.
En Alcázar de San Juan el 17 Enero tiene lugar una romería, se encienden hogueras y se comen tortas en sartén.
En Alcubillas, San Antón es fiesta local. La noche anterior se enciende una gran hoguera ante la ermita del santo, situada en la plazoleta del barrio conocido con el nombre de “Cerrillo de San Antón”. El mismo día 17, se celebra misa en la ermita y el Ayuntamiento prepara invitación para los asistentes.
En Almagro[9], los actos centrales de la festividad de San Antón se desarrollan en la Ermita de San Juan, donde se encuentra la imagen del santo. Junto a dicha ermita, la víspera de la festividad de San Antón, el 16 de enero por la noche se sitúa la hoguera más importante, organizada por la Hermandad de San Isidro y San Antonio Abad, quienes ofrecen somallao (plato típico con el ingrediente principal el bacalao parecido al tiznao) y limoná a todo el que se acerca a visitar al santo.
Cada 17 de enero es subastado el “guarrillo de San Antón” que recibe el nombre de un personaje de actualidad. Hasta hace no muchos años, el guarrillo caminaba por las calles de Almagro desde finales del mes de diciembre y era alimentado por los vecinos del pueblo y cada día dormía en una casa diferente. Pero, en el año 1994, el animal desapareció y por ello, desde entonces, es presentado oficialmente en la Plaza Mayor en los últimos días de diciembre y después es transportado a la sede de la Hermandad de San Isidro donde es alimentado y cuidado por los miembros de la Hermandad hasta el día del sorteo, el 17 de enero.
En Fernancaballero, se hacen hogueras en los barrios la noche del 16 de enero donde se reúnen los vecinos para comer gachas. La tarde del 17 de enero después de la misa, se procesiona al santo junto a los animales en torno a la gran hoguera instalada en la calle Progreso donde se comen el dulce típico, los panecillos de San Antón.
Manzanares celebra también de forma muy destacada San Antón. En la plaza de la ermita se venden los “cochinillos” de pan del santo durante los días de fiestas. La hermandad organiza concursos y juegos populares, hogueras, procesión, pregón y proclamación de mayorala, ayudaoras y motrilillas[10].
En Miguelturra, se enciende también una hoguera donde se invita a los asistentes a frutos secos y limoná. La noche se completa con verbena y baile en la Plazuela. El domingo más próximo a San Antón se hace una función religiosa y después tiene lugar la procesión. Se conserva la ermita de San Antón construida en el S. XVI[11].
Del 16 al 19 de enero, Puerto Lápice celebra las Fiestas en honor a San Antonio Abad. El lunes, día 16 se inaugurarán las fiestas con una gran hoguera y quema de fuegos artificiales. Al día siguiente, se celebra la función solemne en honor del patrón de Puerto Lápice con procesión a continuación. Aunque el día grande es el 17 de enero, el más popular es el 19 “San Antoncillo”, último día de las fiestas, donde se queman miles de docenas de Carretillas (cohetes rastreros)[12].
En Ruidera es tradicional la quema de hogueras por todo el pueblo la víspera de San Antón.
En La Solana se hace una peregrinación a la ermita del siglo XV que el santo tiene dedicada a dos kilómetros de la población. Se organiza una hoguera y se bendicen a los animales con las tradicionales vueltas a la ermita.
En Tomelloso la manifestación más arraigada son las denominadas "hogueras de San Antón" que se celebran cada año la noche del 16. Al calor de esas hogueras, en las que se queman trastos viejos, gavillas de sarmientos, cepas, etc., se reúnen los vecinos, los críos saltan sobre las brasas y tiran petardos y se asan tocinos, chorizos y sardinas que luego son compartidos acompañados con buen vino de la tierra. El día del santo, además de la bendición de los animales, es típico ir a comprar "el puñao" de frutos secos (castañas pilongas, nueces, avellanas...) en los puestos ambulantes que se levantan en la calle Doña Crisanta.
En Villanueva de los Infantes, los vecinos de San Antón, conocidos como "Charrascones" hacen unas hogueras en la calle para celebrar tan señalado día. La comida típica es el rabo de cerdo y las tortillas de San Antón.
El refranero popular castellano también está lleno de referencias a San Antón:
“Por San Antón, las cinco y con sol”
“Las cinco dan ya con sol, el día de San Antón”.
“Por San Antón, crece el día un pasico de ratón”.
“Por San Antón media hora más de sol”.
“Hasta San Antón pascuas son, y si quieres más hasta la Virgen de la Paz”.
“A veinte de enero, San Sebastián primero; detente varón, que primero es San Antón”.
“Por San Antón, cada uno en su rincón”.
“Por San Antón, gallinita pon”.
“Dice San Antón que quien no mate tocino, no comerá morcillón”.
“En San Antón, calabazas al sol”.
“Por San Antonio de enero, la mitad del pajar y la mitad del granero”.
“Por San Antón, no hay niebla que llegue a las dos”.
“Por San Antón, refajo y capa pon”.
“Por San Antón, busca la perdiz al perdigón”.
“San Antón viejo y tristón, convida a las muchachas a la oración”.
“San Antón mete las mozas en un rincón y San Sebastián las saca a pasear”.
[1] MOYA GARCÍA, Concepción, “Espacios civiles y religiosos de Membrilla….”, Ayuntamiento de Membrilla 2011, página 81.
[2] GONZÁLEZ CASARRUBIOS, Consolación (coord..), “Las Fiestas Populares de Castilla-La Mancha”, JCCM, 2004. Página, 137-181.
[3] AHN. Sección Órdenes Militares. Santiago. Libro 1082C. Visita de 1535, pág. 47.
[4] AHN. Sección Órdenes Militares. Santiago. Libro 1067C. Visita de 1494, pág. 656.
[5] AHN. Sección Órdenes Militares. Santiago. Libro 1068C. Visita de 1498, pág. 409.
[6]ALMARCHA JIMÉNEZ, Pedro, “Costumbres, fiestas, diversiones y excesos en Membrilla durante el siglo XVIII”, Ayuntamiento de Membrilla, 2010, página 14.
[7] www.aytomembrilla.org y www.membrilla.com
[8] El Pueblo Manchego, 20 de enero de 1925, página 2.
[9] www.ciudad-almagro.com
[10] www.manzanares.es
[11] www.miguelturra.es
[12] www.manchainformacion.com y www.puertolapice.es
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