Acuarela

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domingo, 12 de mayo de 2013

El agua en la provincia de Ciudad Real (V)

Juan Crespo Rodríguez (aguador de Membrilla)
Las necesidades de agua del cuerpo humano
El cuerpo humano está compuesto de entre un 55% y un 78% de agua, dependiendo de sus medidas y complexión. Para evitar desórdenes, el cuerpo necesita alrededor de tres litros diarios de agua en función del nivel de actividad, la temperatura, la humedad y otros factores. La mayor parte de esta agua se absorbe con la comida o bebidas no estrictamente agua.

El cuerpo humano es capaz de beber mucha más agua de la que necesita, llegando incluso a ponerse en peligro por hiperhidratación o intoxicación de agua.

El organismo humano sufre, en condiciones normales, pérdidas diarias de agua entre 1,5 y 3 litros, distribuidas de la siguiente forma:

Orina: 0,6-1,6 litros
Vapor expirado y sudor: 0,8-1,2 litros
Heces: hasta 0,2 litros

El organismo humano no puede perder más del 10 % del agua corporal sin sufrir graves consecuencias. Se muere antes de deshidratación que de inanición.

El agua potable
El agua de boca es uno de los principales transmisores de microorganismos causantes de enfermedades, principalmente bacterias, virus y protozoos intestinales. Las grandes epidemias de la humanidad han prosperado por la contaminación del agua de boca. Por referencias se conoce que se recomendaba hervir el agua desde quinientos años antes de nuestra era.

Actualmente en los países desarrollados están prácticamente controlados los problemas que planteaban las aguas contaminadas.

Los procesos de filtración y desinfección mediante cloro a los que se somete al agua antes del consumo humano se han impuesto en el siglo XX y se estima que son los causantes del 50% de aumento de la expectativa de vida de los países desarrollados en el siglo pasado.

El agua potable salva más vidas que las vacunas.

El abastecimiento de agua

Los ríos y las fuentes de agua han originado la mayoría de asentamientos humanos desde la prehistoria y han condicionado la fisonomía y la forma de vida de gran cantidad de pueblos y ciudades. Su dominio y explotación han provocado multitud de enfrentamientos a lo largo de la historia.

A medida que el agua escaseaba por el crecimiento demográfico o porque los asentamientos estaban alejados de ríos, lagos o fuentes, el hombre tuvo que aprovechar los recursos de agua subterránea mediante la construcción de pozos, la primera infraestructura hidráulica.

Los yacimientos arqueológicos más antiguos que aportan información sobre captaciones, tratamiento y distribución de agua mediante canales sencillos, excavados en la arena o las rocas, son los de Jericó (Israel) datados hace 7000 años. Más tarde se comenzarían a utilizar tubos huecos.

En nuestro entorno, tal como apuntan los estudiosos de las "motillas", el agua y el control de los recursos económicos fueron los motivos por los que nuestros antepasados se instalaron en estos asentamientos prehistóricos singulares que se extendieron por la región manchega durante la Edad del Bronce (2200 a 1500 A.C.).

En su interior se protegían recursos básicos como el agua, captada del nivel freático mediante un pozo, y se realizaba a gran escala el almacenamiento y procesado de cereales y otros productos agropecuarios, así como la estabulación ocasional de ganado y la producción de cerámica y otros productos artesanales.

“En la provincia de Ciudad Real las investigaciones desarrolladas en la Motilla del Azuer (Daimiel) han permitido documentar una estructura hidráulica que ocupa el interior del patio, en forma de embudo y con sucesivas plataformas y paramentos de mampostería que van reduciendo progresivamente su superficie y facilitando su aproximación al agua (Nájera y Molina 2004). Se trata del pozo más antiguo documentado en la Península Ibérica”[1]

En el yacimiento de Valderrepisa encontramos un sofisticado sistema de transporte de agua con tuberías cerámicas, conductos de plomo y arquetas y una conducción hidráulica que circulaba bajo el pavimento de una de las calles del asentamiento a lo largo de más de 55 metros[2]. Ubicado en Fuencaliente en el kilómetro 109 de la carretera nacional 420 (Córdoba-Tarragona), en pleno corazón de Sierra Morena, es un pequeño poblado dedicado a la fundición de plata y plomo, que fue construido de nueva planta a mediados del siglo II A. de C. y abandonado, de forma pacífica, durante el siglo siguiente.

Conducción hidráulica en Valderrepisa
Las civilizaciones antiguas, griegos, romanos y árabes, por su preocupación e interés por la calidad del agua desarrollaron sofisticados sistemas de captación, almacenamiento y distribución de agua.

Pero sin duda los romanos fueron los grandes constructores de infraestructuras hidráulicas. Construyeron acueductos para el transporte, presas para el almacenamiento y retención y emplearon métodos para el tratamiento y purificación del agua.

En la Edad Media fueron continuos los episodios de enfermedades y muertes provocados por la contaminación de las aguas de los pozos por residuos y excrementos. Para combatir el problema los aguadores transportaban el agua de pozos alejados de las ciudades.

Durante siglos los vecinos de nuestros pueblos se han abastecido de agua mediante pozos, así queda reflejado fehacientemente en varios documentos, las Relaciones Topográficas de Felipe II o el Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar de Pascual Madoz,.

Los pueblos de tamaño medio de la provincia de Ciudad Real acometieron las obras de abastecimiento en el primer tercio del siglo XX, como Valdepeñas, Ciudad Real, La Solana, Moral de Calatrava o Manzanares. Para ello se constituyeron sociedades de aguas potables y alcantarillado.

A pesar de ello, según un informe de la Diputación de 1946, el 95 % de los pueblos de la provincia no disponía de abastecimiento de agua con garantías.

Lagunas de Ruidera

Las Lagunas de Ruidera, asociadas a fenómenos de tipo kárstico, son un conjunto de quince lagunas situadas en el Alto Valle del Río Guadiana, entre las provincias de Albacete y Ciudad Real, que se comunican entre sí por cauces fluviales, cascadas y corrientes subterráneas.

Las quince lagunas escalonadas son de muy distinta superficie y profundidad y sufren las crecidas y estiajes anuales propios de los ríos manchegos.

El espacio de las Lagunas de Ruidera fue declarado Parque Natural en 1979, y destaca por su gran belleza, siendo uno de los principales focos de atracción turística de la región y uno de los espacios naturales húmedos más interesantes y bellos de la Península.

El desnivel existente entre la primera laguna, denominada La Blanca, y la última, La Cenagosa, es de 120 metros.

Tablas de Daimiel

Se encuentran a 606 metros de altitud entre los términos municipales de Daimiel y Villarrubia de los Ojos en la provincia de Ciudad Real. Se trata de un ecosistema denominado tablas fluviales, que son desbordamientos de los ríos en sus tramos medios, que provocan grandes encharcamientos, debido a la escasez de desniveles en el terreno.

Su carácter especial viene dado por su formación en la confluencia de dos ríos de distinta naturaleza: el Cigüela, estacional y de aguas salobres, y el Guadiana, que aportaba aguas dulces de forma permanente. Además estas aguas superficiales se encontraban sustentadas por aguas subterráneas que incluso llegaban a aflorar en el mismo espacio protegido, al gozar de un nivel piezométrico muy elevado. Esta característica hace de las Tablas de Daimiel un ecosistema singular, único en su género y con una gran riqueza y diversidad ecológica.

Con la declaración de las Tablas de Daimiel, como Parque Nacional desde el 28 de junio de 1973, se dio un gran paso en la conservación de uno de los ecosistemas más valiosos de la Mancha, asegurando así, la supervivencia de la avifauna.

Acuíferos
Los acuíferos son formaciones geológicas en las que se acumula el agua subterránea. Cumplen una función fundamental en el Ciclo Integral del Agua.

Como conductos de transmisión transportan el agua subterránea de las áreas de recarga, hacia lagos, pantanos, manantiales, pozos y otras estructuras de captación. Como depósitos de almacenamiento, los acuíferos actúan suministrando agua de sus reservas para ser utilizada.

En la provincia de Ciudad Real disponemos de cinco acuíferos:

1.- Unidad Caliza de Altomira.
2.- Terciario detrítico-calizo del Norte de la Mancha.
3.- Pliocuaternario del río Bullaque.
4.- Mancha occidental.
5.- Calizas del Campo de Montiel.

El acuífero nº 23 de la Mancha Occidental, de litología carbonatada, debido a su extensión, a su situación y a su elevada permeabilidad ejerce un papel fundamental en la hidrología y en la ecología de toda la cuenca alta del Guadiana.

Embalses
Los embalses son grandes depósitos artificiales de agua, por lo general cerrando un valle mediante un dique o presa en el que se almacenan las aguas de un río o arroyo. Los embalses se constituyen en grandes reservas de agua para su utilización como fuente de energía o para el regadío y suministro de agua potable. Situados en los cursos alto y medio de los ríos, regularizan el régimen de éstos evitando crecidas catastróficas en el curso bajo.

En la provincia de Ciudad Real, existen 10 embalses de titularidad estatal en las cuencas del Guadiana y del Guadalquivir.

[1] BENÍTEZ DE LUGO ENRICH, Luis, “Las Motillas y el Bronce de La Mancha”, Antropos 2009
[2] FERNÁNDEZ RODRÍGUEZ,  Macarena y GARCÍA BUENO, Carmen “El Poblado Romano de Valderrepisa”, en Arqueología en Ciudad Real. Servicio de Publicaciones de la Junta de Comunidades de CLM. 1994. Toledo”.

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