La difícil situación económica, las altas tasas de desempleo, el agotamiento de las prestaciones por desempleo y la ausencia total de ingresos en decenas de miles de familias, están haciendo aflorar un aumento significativo de hogares que sufren un corte del suministro eléctrico por no haber satisfecho las facturas por el consumo periódico de este servicio.
Se calcula que en 2012, en España se cortó el suministro eléctrico a 1,4 millones de hogares, de ellos 70.000 en Castilla-La Mancha y 18.000 en la provincia de Ciudad Real.
La situación de las familias que origina la imposibilidad de hacer frente a los recibos de los suministros básicos del hogar como son la electricidad y el gas, supone un nuevo concepto de pobreza, concretamente se ha acuñado el término de “pobreza energética”. Es esta una situación que se vive en silencio y de manera vergonzante por muchas familias que intentan ocultarlo a toda costa, sin que existan recursos suficientes para dar una respuesta organizada, como por ejemplo si existe para paliar la falta de alimentos para las familias más vulnerables.
En nuestra Región el problema es más grave si cabe que en el resto de España. En Castilla-La Mancha tenemos tasas de desempleo por encima de la media nacional, mientras que como consecuencia de los recortes, los servicios públicos y asistenciales, así como en la cobertura de desempleo están muy por debajo de esta misma media Española. Para colmo, el aumento “brutal” que ha experimentado la tarifa eléctrica, con subidas reiteradas en los últimos meses, están produciendo que muchas familias no puedan hacer frente al pago de sus recibos de electricidad y de gas.
El PP ha rechazado esta misma semana la aprobación de una tregua energética invernal para los necesitados.
El anuncio de la subida de la electricidad en más de un 11% en enero (ha aumentado casi un 80% en la última década) ha generado miles de mensajes en las redes sociales. El sentimiento mayoritario es el de la indignación.
Con la llegada del invierno uno de los principales quebraderos de cabeza es mantener la casa a una temperatura adecuada. Un problema que se ha acentuado durante estos últimos años y que algunos expertos ya califican este fenómeno como pobreza energética. Se estima que alrededor del 10% de los hogares españoles, unos cuatro millones de personas, es incapaz de pagar la factura energética para mantener su vivienda a una temperatura adecuada o se ve obligada a destinar una parte excesiva de sus ingresos para poder hacerlo, según el estudio ‘Pobreza Energética en España’, publicado por la Asociación de Ciencias Ambientales, que presentará un nuevo informe actualizado en el primer trimestre del 2014 en el que prevé que la pobreza energética en España ya alcanzaría el 15%.
“La pobreza energética sigue creciendo. Además de personas mayores, detectamos sobre todo un incremento muy grande desde el inicio de la crisis en personas en situación de desempleo, este sector no solo ha crecido más sino que lo ha hecho de forma más rápida”, asegura José Luis López, coordinador de proyectos de la Asociación de Ciencias Ambientales.
La pobreza energética es la incapacidad de un hogar de satisfacer una cantidad mínima de servicios de la energía para sus necesidades básicas, como mantener la vivienda en unas condiciones de climatización adecuadas para la salud (18 a 20º C en invierno y 25º C en verano). Las causas que generan esta precariedad energética son diversas: bajos ingresos del hogar, calidad insuficiente de la vivienda, precios elevados de la energía, precios elevados de la vivienda, etc. Sus consecuencias en el bienestar son también variadas: temperaturas de la vivienda inadecuadas, incidencias sobre la salud física y mental (incluyendo mortalidad prematura de ancianos), riesgo de endeudamiento y desconexión del suministro, degradación de los edificios, despilfarro de energía, emisiones, etc.
Fuentes:
www.cienciasambientales.org
Se calcula que en 2012, en España se cortó el suministro eléctrico a 1,4 millones de hogares, de ellos 70.000 en Castilla-La Mancha y 18.000 en la provincia de Ciudad Real.
La situación de las familias que origina la imposibilidad de hacer frente a los recibos de los suministros básicos del hogar como son la electricidad y el gas, supone un nuevo concepto de pobreza, concretamente se ha acuñado el término de “pobreza energética”. Es esta una situación que se vive en silencio y de manera vergonzante por muchas familias que intentan ocultarlo a toda costa, sin que existan recursos suficientes para dar una respuesta organizada, como por ejemplo si existe para paliar la falta de alimentos para las familias más vulnerables.
En nuestra Región el problema es más grave si cabe que en el resto de España. En Castilla-La Mancha tenemos tasas de desempleo por encima de la media nacional, mientras que como consecuencia de los recortes, los servicios públicos y asistenciales, así como en la cobertura de desempleo están muy por debajo de esta misma media Española. Para colmo, el aumento “brutal” que ha experimentado la tarifa eléctrica, con subidas reiteradas en los últimos meses, están produciendo que muchas familias no puedan hacer frente al pago de sus recibos de electricidad y de gas.
El PP ha rechazado esta misma semana la aprobación de una tregua energética invernal para los necesitados.
El anuncio de la subida de la electricidad en más de un 11% en enero (ha aumentado casi un 80% en la última década) ha generado miles de mensajes en las redes sociales. El sentimiento mayoritario es el de la indignación.
Con la llegada del invierno uno de los principales quebraderos de cabeza es mantener la casa a una temperatura adecuada. Un problema que se ha acentuado durante estos últimos años y que algunos expertos ya califican este fenómeno como pobreza energética. Se estima que alrededor del 10% de los hogares españoles, unos cuatro millones de personas, es incapaz de pagar la factura energética para mantener su vivienda a una temperatura adecuada o se ve obligada a destinar una parte excesiva de sus ingresos para poder hacerlo, según el estudio ‘Pobreza Energética en España’, publicado por la Asociación de Ciencias Ambientales, que presentará un nuevo informe actualizado en el primer trimestre del 2014 en el que prevé que la pobreza energética en España ya alcanzaría el 15%.
“La pobreza energética sigue creciendo. Además de personas mayores, detectamos sobre todo un incremento muy grande desde el inicio de la crisis en personas en situación de desempleo, este sector no solo ha crecido más sino que lo ha hecho de forma más rápida”, asegura José Luis López, coordinador de proyectos de la Asociación de Ciencias Ambientales.
La pobreza energética es la incapacidad de un hogar de satisfacer una cantidad mínima de servicios de la energía para sus necesidades básicas, como mantener la vivienda en unas condiciones de climatización adecuadas para la salud (18 a 20º C en invierno y 25º C en verano). Las causas que generan esta precariedad energética son diversas: bajos ingresos del hogar, calidad insuficiente de la vivienda, precios elevados de la energía, precios elevados de la vivienda, etc. Sus consecuencias en el bienestar son también variadas: temperaturas de la vivienda inadecuadas, incidencias sobre la salud física y mental (incluyendo mortalidad prematura de ancianos), riesgo de endeudamiento y desconexión del suministro, degradación de los edificios, despilfarro de energía, emisiones, etc.
Fuentes:
www.cienciasambientales.org
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