Los Desposorios son una festividad religiosa acompañada de actos lúdicos. Estos últimos han sido los que más han variado a lo largo del tiempo, mientras que los actos religiosos: bajada de la virgen, novenario, cumplidores, Alabarderos, vísperas, Desposorios, procesión, ofrecimiento y subida de la virgen a la ermita, se han mantenido como símbolo del arraigo de una devoción y tradición centenaria, salvo los cambios de fechas.
Hasta mediados del S. XIX se celebraban el primer domingo de mayo. Es entonces cuando pasan a celebrarse a primeros de septiembre. En 1922 se añadió como festivo el lunes posterior al domingo de Desposorios para hacer la subida de la virgen del Espino a su ermita. En 1927 se agregó la tómbola o puja. En 1970 se produce un nuevo adelantamiento de las fiestas a finales de agosto para favorecer la estancia de los numerosos emigrantes y evitar la cercanía de la vendimia. También en ese año empezaron a nombrarse Reina y Damas.
En lo referente a los actos profanos, la parte que le corresponde al Ayuntamiento, han sido habituales las funciones de fuegos artificiales, las actuaciones de las bandas de música, el teatro, las competiciones deportivas, el cinematógrafo (por primera vez en 1910) y las corridas de toros y novillos.
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