La afición a la caza de Alfonso XIII y la amistad con Manuel González de Jonte (Marqués de Salinas) favorecieron varias estancias del Rey en nuestra comarca en noviembre y diciembre de 1926 y noviembre de 1927. En todas ellas estuvo acompañado de un numeroso séquito de la aristocracia española de la época, del Príncipe de Asturias, D. Alfonso y del Infante D. Jaime, organizándose grandes recepciones, homenajes, galas y banquetes.
La primera de las visitas del monarca Borbón a Membrilla tuvo lugar la mañana del 30 de noviembre de 1926, haciendo una breve parada en el camino que le conducía desde la casa palacio del Sr. Jonte en la calle del Carmen de Manzanares, donde se alojaba, hasta la finca “Los Hoyuelos” en Villanueva de los Infantes.
La primera de las visitas del monarca Borbón a Membrilla tuvo lugar la mañana del 30 de noviembre de 1926, haciendo una breve parada en el camino que le conducía desde la casa palacio del Sr. Jonte en la calle del Carmen de Manzanares, donde se alojaba, hasta la finca “Los Hoyuelos” en Villanueva de los Infantes.
Al recibimiento de S.M. en la estación de Manzanares, la noche del 29 de noviembre acudieron las más altas personalidades de la vida social, política, religiosa y militar de la provincia y una nutrida representación de Membrilla encabezada por D. Ramón Baillo, ex diputado a Cortes, D. Alfonso Alhambra, presbítero, D. José Muñoz, maestro nacional y D. Pedro Muñoz, subcabo del Somatén[1].
El periódico “El Pueblo Manchego” publicaba el 1 de diciembre un pomposo y recargado artículo del párroco D. Avelino Ortíz titulado “El Rey pasa” del que reproducimos lo siguiente:
“Don Alfonso XIII, Rey caballeroso, inteligente y demócrata saluda a Membrilla y el pueblo agradecido y cortés, dobla su frente ante la persona augusta de su Rey y lo aclama con entusiasmo.
Un acontecimiento inusitado y solemne conmueve el pueblo de Membrilla en este día memorable. A las nueve de la mañana, las campanas de la parroquia en clamoroso voltear anuncian el magno suceso que por breves instantes despereza y emociona al tranquilo vecindario. La banda municipal recorre en marcha triunfal las calles de la población, los voladores atruenan los espacios. El pleno del ilustre ayuntamiento precedido de la bandera nacional, el clero parroquial, juzgado municipal, autoridad militar, comité de Unión Patriótica, cuerpo del Somatén, inspector de sanidad, oficial de correos, comandante de cruz roja, juntas directivas del Casino Liberal, Sindicato Agrícola Católico, Sociedad Benéfica La Protectora, médicos, abogados, maestros de escuela con sus niños flameando banderitas con los colores nacionales, seguidos de una ingente y entusiasta multitud deseosa de conocer a su Rey, dirigense en ordenada manifestación a las afueras de la población, donde luce vistoso un artístico arco levantado por el ayuntamiento, en cuyo fondo destaca esta inscripción: Membrilla a su Rey. Otro arco no menos artístico con los emblemas nacionales que a la puerta de su magnífica destilería levanta el veterano industrial D. Eugenio Alarcón y las vistosas colgaduras que engalanan los balcones de la casa bodega del gran hacendado D. Domingo Chacón.
Momentos después las bocinas de los autos anuncian la llegada de la regia comitiva. Ízase triunfante y majestuosa la bandera nacional, la música entona la marcha real, vítores y aplausos entusiastas aclaman al soberano, para el coche que conduce el egregio huésped, y D. Alfonso XIII, el Rey popular y demócrata, el Rey inteligente y amante de su pueblo jovial sonriente, cariñoso y afectivo ofrece la mano al alcalde presidente D. Agustín Velasco[2] que estrecha y besa respetuosamente mientras dialogan breves instantes sobre la vida y necesidades de este pueblo.
Repítense los vivas y los aplausos, agítanse pañuelos y banderas, el alma popular se desborda en oleadas de patriótico entusiasmo y el coche regio se pierde en la lejanía llevándose el corazón de un pueblo que ama a su Rey”.
Con motivo de la estancia del Rey se alojaron en la casa de D. Ramón Baíllo, el Gobernador Civil D. Gonzalo del Castillo Alonso y el Jefe de policía Sr. Coti. Un temporal de nieve obligó a la compañía eléctrica a reforzar sus servicios para evitar la interrupción del suministro.
La segunda visita con un carácter más oficial tuvo lugar el viernes 25 de noviembre de 1927. Esta vez de regreso de la cacería en “Los Hoyuelos” donde se cobraron 940 piezas entre liebres y perdices. Llegaron a Membrilla a las cuatro de la tarde.
El corresponsal de “El Pueblo Manchego” lo contaba así el 28 de noviembre: “Membrilla en el día ya dicho engalanóse en apoteosis de homenaje para con su Rey que el tránsito con su séquito desde la entrada del pueblo hasta la casa ayuntamiento en donde permaneció, fue una continuada y triunfal aclamación del vecindario que desbordaba las calles al paso de la comitiva regia, que entre vítores de la muchedumbre ocupante de toda la espaciosa Plaza de la Constitución y a los acordes de la Marcha Real descendió S.M. del coche que ocupaba siendo recibido en la puerta de las casas consistoriales por el pleno del ayuntamiento, autoridades judiciales, eclesiásticas, somatén, ect.”
Después pasaron al salón de sesiones artísticamente acondicionado. Ocuparon la mesa presidencial el Rey Alfonso XIII, el alcalde D. Agustín Velasco y el cura párroco D. Avelino Ortíz que junto al secretario del ayuntamiento D. Alfonso Núñez-Cacho Moreno informaron al monarca de los temas de interés local.
Entre los asistentes a la recepción en el salón del ayuntamiento menciona el corresponsal a D. Juan Bellón, D. José Herreros, D. Pedro López-Peláez, D. José Muñoz, D. Ramón Baíllo, D. Pedro Antonio Muñoz, D. José Atochero, D. Miguel Patón, D. Eugenio Alarcón, D. Cristino Heredia, D. Andrés Cano, D. Roque Cano y D. Pedro Velasco.
Obsequiado el Rey Alfonso XIII prefirió al champaña, el vino de la tierra propiedad de D. Fabián de Gracia, industrial local.
S. M. salió a uno de los balcones del ayuntamiento para saludar al pueblo que llenaba la Plaza de la Constitución y las calles afluentes. Después con dificultad tuvo que abrirse paso entre la multitud hasta llegar al coche que lo llevó a las cinco y media de la tarde a la casa del Sr. González de Jonte, antiguo profesor de los infantes y hombre de su confianza.
Para entender el contexto en el que tuvieron lugar las visitas es necesario destacar que la dictadura de Primo de Rivera comenzaba a perder los apoyos y comprensiones iniciales y que las idílicas reseñas del periódico conservador católico “El Pueblo Manchego”, sometido al control de la censura, no se hicieron eco de la vigilancia especial sobre los anarquistas y de los repartos de vales de comida entre los pobres e indigentes para evitar altercados, tal como apunta Antonio Bermúdez García-Moreno en su libro “Manzanares bajo el reinado de Alfonso XIII, 1902-1931”.
[1] Cuerpo auxiliar del orden público en el ámbito rural, destinado a proteger los dominios de los grandes propietarios.
[2] El farmacéutico D. Agustín Velasco fue alcalde de Membrilla desde el 12 de marzo de 1924 al 27 de marzo de 1928.
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