Cuatrocientos años después

Han tenido que pasar casi 400 años desde que el 20 de abril de 1615 Lope de Vega terminara de escribir la comedia “El Galán de la Membrilla” para poder verla en un Corral de Comedias, los primeros teatros españoles que empezaron a construirse a finales del S. XVI. El lugar donde Lope quiso verla representada.

Qué mejor escenario que el Corral de Comedias de Almagro, a pocas leguas de nuestro pueblo, transformado por Leonardo de Oviedo en 1628 de mesón a espacio para representaciones y qué mejor marco que el Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro para darle calor, magia y un nuevo impulso a nuestro Galán de la Membrilla.

Mucho más que teatro

En otras ocasiones la crítica y los especialistas se han referido a la obra y al estupendo montaje y la interpretación que la compañía “Teatro Cachivaches”, de la mano del prestigioso director Antonio Malonda y del adaptador Ernesto Filardi, han conseguido con unos toques vanguardistas sin peder el sabor clásico y el humor, donde el honor y el amor triunfan después de salvar equívocos, enredos y transgresiones temporales y espaciales que ya contempló Lope y que en esta versión se destacan y potencian. Sólo así se explica que desde su preestreno en Membrilla el 16 de abril de 2010 lleve casi 30 representaciones.

A mi me interesan ahora las motivaciones que propiciaron que la Plaza Mayor de Almagro se convirtiera la noche del pasado 5 de julio en lugar de cita y encuentro de espectadores llegados desde varios puntos de España deseosos de ver la obra (en algunos casos por segunda o tercera vez). Me importan más la magia generada entre los pasillos, tablas y corredores y las emociones experimentadas por esos espectadores durante la representación es este único y emblemático lugar que es el Corral de Comedias. Y es que para los membrillatos, “El Galán de la Membrilla” es mucho más que teatro, seguramente sucede lo mismo en Olmedo, Ocaña o Fuente Ovejuna.

Es cierto que Membrilla se ha sentido orgullosa de su Galán a lo largo de la historia, se han promovido varias ediciones de la obra y asociaciones, calles y empresas tienen su nombre, pero Lope la escribió para se representada y vista por los espectadores y hasta ahora tan solo en 1971 un grupo de jóvenes de Membrilla se atrevieron a subirla a las tablas en una experiencia que recordarán toda su vida.

Hace algunos años no entendía por qué no se promovía su montaje y representación, ahora comprendo las dificultades de una tarea que quiero recordar y compartir con todos los lectores.

Por mi trabajo conozco la trayectoria de muchas compañías y especial las de Castilla-La Mancha. El 29 de marzo de 2008 “Producciones La Folía” ponía en escena en Membrilla la zarzuela “La Canción del Olvido”. Después de la representación decidí proponerles que estudiasen la obra “El Galán de la Membrilla” y para ello les facilité algunos ejemplares de los libros editados en 2007 por el grupo municipal del PSOE. Informé de la propuesta a mis compañeros de corporación que la vieron con agrado y un buen impulso a las jornadas de Lope de Vega.

Pasados unos meses el director de la compañía, José María López Ariza me confirma que les interesa mucho el proyecto y que han hablado con Antonio Malonda, un director de teatro con gran prestigio nacional, profesor durante varias décadas en la Real Escuela Superior de Arte Dramático que está dispuesto a encargarse del montaje.

El 26 de diciembre de 2008 con motivo de un viaje a Madrid, organizado por la Universidad Popular, nos reunimos en el hotel Villarreal (frente al Congreso de los Diputados) José María López Ariza, Antonio Malonda, Diego Moraleda, Juani Núñez y yo mismo para concretar y avanzar en el proyecto, adaptación literaria, escenografía, actores ect. Como se imaginarán para conseguir su viabilidad era necesario que el montaje pudiera entrar en la Red de Teatros de Castilla-La Mancha y en los festivales de teatro clásico marcándonos como máximo objetivo el Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro.

Tras algunas dificultades y trabas durante los meses iniciales de 2009, el 21 de julio de ese mismo año conseguimos, de la mano de la entonces gerente del Festival de Almagro, Isabel Barceló, presentar las dos últimas ediciones de la obra. En el acto en el que estuvo el director Emilio Hernández, me acompañó en la mesa nuestra paisana escritora Isabel Villalta y algunos compañeros y vecinos de Membrilla.

A finales de 2009 conseguimos, tanto la compañía como el ayuntamiento, compromisos de ayuda económica para un montaje muy ambicioso que requería un gran esfuerzo, especialmente para los actores que tuvieron que desplazarse durante varias semanas desde varios puntos de España para ensayar en el teatro de Chinchilla y poder hacer el preestreno en Membrilla el 16 de abril de 2010, donde además de los espectadores se dieron cita programadores de festivales y de teatros de toda la región.

Después comenzaron las representaciones en Chinchilla en su festival de teatro clásico, en el estreno del nuevo Patio de Comedias de Torralba de Calatrava y las temporadas de otoño y primavera de la Red de Teatros de Castilla-la Mancha.

La representación en Almagro debe suponer un punto y seguido, para ello y entre otras cosas, es necesario que las corporaciones municipales, actual y futuras, mantengan viva la llama del mayor y mejor proyecto de difusión de nuestro pueblo y que los nuevos dirigentes de la Junta sigan apoyando la Red de Teatros.

Finalmente quiero agradecer el apoyo de mis compañeros de grupo municipal, de Isabel Villalta, Lola y Mª Camen que conocieron y empujaron el proyecto desde sus inicios, la comprensión y el ánimo de muchos vecinos de nuestro pueblo, los consejos de José María Arcos e Isabel Barceló, las ayudas económicas de la Diputación de Ciudad Real, la Junta de Comunidades de Castilla-la Mancha y el Cultural Albacete, la buena acogida entre la crítica especializada y el apoyo de programadores y concejales de cultura de numerosos Ayuntamientos.

El “Galán de la Membrilla” lo escribió Lope de Vega hace casi 400 años pero ahora es nuestro, es de todos.